25 junio 2010

Cristal

Érase una vez, una princesa encerrada en la torre mas alta, en una habitación peculiar, custodiada su puerta por tres guardias, y otros tres mas en las escaleras. En el amplio vestíbulo dos pequeñas dragonas la protegían.
Los muros del castillo eran de ladrillo, con dos placas de acero, piedra y una cubierta de yeso. Era un castillo pequeño, y en los alrededores no había mas que pequeñas casas de los guardias, y una gran muralla de dos muros y entre ellos corría un río de lava.
Se preguntarán qué clase de persona encierra con tanto cuidado a una princesa, pues la respuesta es especial, ya que la princesa misma fue la que procuró ese tipo de protección. Y su habitación con un techo de tela azul que simula el cielo, las paredes de colchón suave, su cama de agua, el piso de colchón cubierto por alfombra gruesa, uno se sentía dentro de una nube. Para entretenerse sus libros todos forrados de esponja.
La princesa tenía rizos negros como el carbón, ojos tan profundos como un pozo sin fin, siempre con una mirada de melancolía a pesar de su sonrisa blanca. Era de una belleza exótica. Y en su cuello siempre colgaba un triángulo de cristal.
Al final de su armario una puerta, dentro de ella un cofre que se abría con su colgante, y dentro varios pedazos de cristal de diferentes tamaños, de diferentes colores, como un tesoro de pirata, y en medio otro cofre pequeño dentro del cual estaban tres pedazos de un cristal que era tan grueso como piedra, rojo intenso, tan duros, que uno se preguntaba cómo habrían llegado a romperse.
Y es que nuestra princesa nació con ese corazón de cristal, hasta que su padre lo rompió. Desde entonces la princesa ha colocado en ese hueco muchos corazones de cristal, incluso intentó con otros materiales pero su cuerpo los rechazaba. Pero todos se rompían. Quiso cubrirlos de barro, de piedra, de todos los metales, de esponja, de telas. Aún así, siempre era el mismo resultado. Un solo roce, una palabra, llevaba al mismo resultado, y la princesa, tan acostumbrada estaba que ya era capaz de enfrentarlo todo con una sonrisa.
La princesa no se rendía, pasó días y días, semanas hasta meses, en construirse su nuevo corazón, con una cubierta de hielo, y un sistema de enfriamiento que lo mantuviera así siempre. Con la intención de enfriar todo sentimiento o reacción de ella que pudiera causar una ruptura. Dentro, un relleno de este líquido de enfriamiento basado en ácido, y en medio agua con sal para que en caso de una ruptura deshiciera el hielo.
Ella soñaba con ya no sentir, con ser fría y egocéntrica, de mirada indiferente, y una mueca en el labio.
Esa noche salió para probar su nuevo corazón, procuraba alejarse de cualquier hombre. Logró así salir varias noches, pasar un buen rato, siempre manteniendo la distancia con la gente.
Hasta que un día, conoció a un joven, ella por miedo sólo se acercaba como amigos para poder preparar escudos y armas. Y poco a poco, se fue encariñando con su nuevo amigo, ella negaba cualquier sentimiento, por protección, lo que le resultaba sencillo con su nuevo sistema de enfriamiento que la confundía.
Pero una noche, paseando en las góndolas a las afueras de la ciudad, un hilo de sentimiento entre los dos, los acercó en un beso. Era tan delgado el hilo que no lo vieron venir ninguno de los dos.
Pasaron confundidos varios días y noches, meditando. Y en el calor de su habitación, el sistema de enfriamiento fallaba poco a poco, y se ilusionó. Creyó que con su nuevo corazón nada podría pasarle y que podría darse la oportunidad de dejarse llevar por un sentimiento.
El problema fue que en ese tiempo de meditación, su joven amigo llegó a la opuesta conclusión.
Y con solo una palabra, el frágil corazón de la princesa se quebró, dejó salir el agua con sal, derritió todo el sistema, pero lo que no pensó es que el ácido quemó las heridas de su hueco, quebró el cristal aún mas, y los pedazos viajaron por su cuerpo. Un pedazo se quedó en su ojo, haciéndola llorar constantemente. Otro en sus cuerdas vocales, y ya no podría hablar, uno mas en su estómago y dejó de querer comer. En sus piernas para no poderse mover, y en sus pulmones, le costaba respirar.
La princesa tuvo que permanecer en cama, sin saber cómo arreglar el desastre de su nueva invención.
Pasaron los días, y la historia circuló por los alrededores. Hasta que un joven alquimista que iba de paso, se enteró de lo sucedido, y tras el haber sufrido mucho en su pasado, quiso ayudarla con meros fines académicos.
En el castillo recibían a cualquiera que creyera poder ayudar, pero nadie dejaba que vieran a la princesa hasta que no probaran sus ideas.
El alquimista paseó por todo el castillo, averiguó todo el pasado de la princesa. Encontró el corazón real dentro del cofre.
Y así transcurrieron días y días de investigación, con cada día la comprendía mas, la quería mas, pues no era como ninguna princesa que él hubiera conocido antes, ni siquiera era como cualquier otra mujer.
Logró unir los pedazos pero seguían separándose con facilidad. Los rellenó de chocolate líquido cubiertos por pétalos. Y por fuera del cristal, caramelo. En el hueco de la princesa, cubierta de bombones suaves y azúcar. La princesa poco a poco recobró conciencia, pero persistían los cristales en el resto de su cuerpo que la imposibilitaban.
Aún así, se le organizó un gran banquete en el palacio, lleno de muchas delicias de varias regiones, como celebración por su mejora. Al final de la cena hubo un gran baile.
El joven alquimista, le pidió una pieza, con cada nota ella sonreía. Con cada esbozo de sonrisa una lágrima menos, un respiro, y un movimiento. Ella sobre los pies del alquimista, para poder dar vueltas con la melodía, sentía que volaba. Sutilmente entre cada giro, la llevó al jardín, donde había colocado miles de luces y fuentes. Mientras seguía la música, se perdieron en sus miradas, hasta quedarse estáticos. Y bajo miles de estrellas, la besó.
Un beso mágico que calentó lo que quedaba de su líquido de enfriamiento, que recorrió todo su cuerpo, derritió los pedazos por todo su cuerpo, la liberó. También derritió el chocolate, el caramelo y el corazón original, y todo se fusionó en uno sólo, haciéndolo tan duro. Y constantemente el chocolate caliente circularía por su cuerpo evitando que su corazón-cristal pueda separarse nuevamente.
El alquimista se fue, pero su partida ya no rompió a la princesa, pues la había querido y la había arreglado con chocolates, pétalos y caramelo.

24 junio 2010

Toda llama, por mas pequeña que sea, es un incendio potencial.

Erase una vez, una muy pequeña llama azul, que parpadeaba desde una estufa vieja y oxidada en una cocina, dentro de una pequeña casa a las afueras.
Desde la primera vez que la encendieron, nacida de la cabeza de un cerillo, la pobre llama se encontraba quieta, triste y deprimida. No encontraba su objetivo en la vida, su trabajo había sido sustituido por una caja llamada microondas.
Un día, una pobre vieja cucaracha se acercó a ella con miedo, pero al ver lo pequeña que era no le importó. Mientras la vieja cucaracha le hacía burlas, una gran rata se acercó, le dijo a la cucaracha: "Tu no sabes lo que es capaz de realizar una pequeña llama, toda mi familia fue ahuyentada de nuestro nido, fue incendiado, varios de ellos murieron, y eso lo inició una casi tan pequeña como esta". Luego se dirigió a la llama: "No hagas ese gesto, no te sientas mal, no le guardo rencor a los tuyos, fue cosa de los humanos, después de todo eramos invasores y forasteros, han utilizado otros venenos. No dejes que se burle de ti, y no te preocupes por encontrar tu camino. Ten seguridad en tí, si mantienes una actitus positiva pronto te daras cuenta de lo que brillas".
Los dias pasaron, y la llama seguía buscando cómo tener seguridad, cómo podría hacer grandes cosas si estaba ahí sola en la hornilla. Luego vino una gran tormenta, llena de truenos ensordecedores. De repente todo se apagó, pura oscuridad, excepto por una pequeña luz que la llama podía distinguir, pero fue su sorpresa ver que venía de ella misma. Empezó poco a poco a sentir su potencial, sonrio tanto y brilló un poco mas, luego decidió estar erguida y brilló mas, y cuando sintió confianza, se dió cuenta de que se podían distinguir todos los rincones de la cocina sólo con su luz.
Luego unos pasos, se acercó el dueño de la casa, con un extraño cilindro lo acercó a ella, y sintió un cosquilleo. Se había dividido, y ahora era una llama mas grande en una vela y conforme avanzaban veía como podría iluminar cada cuarto, cada pasillo.
Ya que pasó la tormenta, la llama de la vela se apagó, y regresó a ser pequeña en una hornilla. Estaba triste de nuevo, cuando su amiga rata regresó y le dijo "¿Por qué triste de nuevo? Si ya probaste un poco de grandeza significa que has demostrado que puedes llegar mas alto, y todo lo que necesitaste fue un poco de confianza".
Las siguientes noches la llama tenía su nueva actitud, cada vez que oscurecía se esforzaba en alumbrar todo lo que podía, y brillar. Hasta que vino, su siguiente oportunidad, regresó el dueño con su vela, de ahí a una pequeña mesa, y la vela presenció una noche romántica, y sabía que ella la estaba haciendo tan especial. Al terminar la cena, la dividieron en muchas velas en la habitación, rodeada de pétalos de rosas, y fue tan grande esa noche, brilló como jamás lo había hecho, hizo de una habitación un cielo estrellado.
Los días siguientes se sentía orgulloso de sí mismo. Y estaba muy feliz, hasta que la cucaracha regresó, y le dijo: "Se ve que no te enteras de nada, el dueño va a tener que vender la casa, sus cosechas no han salido buenas los últimos meses, planea mudarse, y cuando lo haga te apagará."
La llama estaba preocupada. Llegó la rata preguntándose porqué nuevamente no había luz en su agujero. Cuando la llama le contó lo que la cucaracha le había dicho, ideó un plan.
Otra noche, el dueño lo volvió a colocar en una vela, esta vez fueron al exterior, vió por primera vez un gran campo. Esta vez se convirtió en una gran fogata, estuvo bailando bajo las estrellas, compitiendo con la luna, tan alegre, tan feliz. Ya que todos se fueron, y quedaba solo una pequeña llama entre mucha madera, la rata se acercó a él. "Este es el momento, tienes que seguir encendida, te llevaré hacia la plantación, y ahí serás incendio."
Y así lo hicieron, la llama solo sentía su cosquilleo mientras se extendía de pasto en pasto, cubriendo ramas, hasta sentir la fría tierra bajó ella hasta implantarle su calor. Ya que había logrado cubrir cada rincón, sintió un golpe, no muy fuerte pero que le agotaba el aire, eran gotas de agua que lo iban apagando. Cuando despertó, era de nuevo la pequeña llama, estaba tan confundido que sentía que había soñado.
Pasaron los días, semanas y meses. No había señas de una mudanza, pero no estaba seguro de nada. Un día por fin, que la rata se acercó a ella, le anunció: "Después del incendio el dueño volvio a sembrar por última vez, y ahora la cosecha fue la mejor. La mudanza se canceló, y tu estarás aquí brillando. Siempre serás pequeña pero sabes que por dentro eres un incendio"

22 junio 2010

Secreto de belleza

En una tierra lejana, en un tiempo lejano, una joven de un pueblo magico soño con ser la mas bella de los alrededores, opacar a la princesas incluso a las sirenas, que cada criatura se anonadara al verla, atraer miradas y suspiros en todo momento.
Al despertar con la ilusion de la idea de ser lo que en su sueño era, penso por horas en como conseguirlo, y se dijo asi misma que la magia era la solucion.
Fue a la casa del mago sabio del lugar, pero al no estar el, le comento a su aprendiz su plan, este le presto un libro de hechizos y le pidio que cuando encontrara los ingredientes e hiciera la pocima que le llevara un poco, pues el tambien queria vivir esa sensacion que ella le describio.
La chica leyo los ingredientes cuidadosamente, y se dio cuenta de que no seria nada facil, pues muchos se encontraban en lugares lejanos y peligrosos, pero estaba tan entusiasmada que siguio adelante. Trazo un mapa y circulo los lugares en los que tendria que parar.
El primer lugar fue la tierra de Coerulerus donde tenía que encontrar la pluma del Ave Azul, un pajaro singular con el mejor canto de todos los pajaros que pudieran haber en todo el mundo. Al llegar a la tierra vio una casa pequeña y entro, una señora y su esposo la recibieron. Les conto de su busqueda, ellos le dijeron donde y como encontrar la pluma, pero solo a cambio de que al hacer la pocima les llevara un poco. La joven despues de ser picoteada por el ave, golpeada con sus alas siguio el consejo de la pareja a la que habia visitado y empezo a cantar, el pajaro entusiasmado la siguio en un maravilloso dueto y ella todavia cantando, le arranco una pluma.
La siguiente parada era la tierra del Hortus donde tendria que conseguir una rosa, pero una muy especial ya que cambia de color, desde roja a morado, amarillo y azul. El problema es que esta rosa esta llena de espinas que se mueven para evitar que la arranques. Junto al jardin donde se encontraban estas rosas, habia una pequeña casa de un viejo jardinero. Ella le explicó su aventura, y el, a cambio tambien de un poco de la pocima, le dijo que la rosa la conseguiria al acariciarla suavemente.
Y así pudo con 2 ingredientes ir a la tierra de Nitro, ahi encontraria el agua de la cascada de diamantes. Al no encontrar el camino se acerco a una joven hermosa, le explico su objetivo, y la joven le pidio que le diera un poco de la pocima, sorprendida la chica le pregunto para que queria la pócima si ella era hermosa, la joven hermosa le contesto que aunque fuera hermosa no lo era tanto como para lograr todo lo que la chica le habia descrito de su sueño. Despues de acceder a compartir su pocima, la chica siguio su camino y fue entonces cuando se pregunto si su odisea valia la pena, si la belleza era lo que buscaba o si habia algo mas.
Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando llego a su mente la imagen maravillosa de una cascada que brillaba, no solo por el agua sino porque estaba lleno de diamantes en la pared de la cascada. Estuvo horas admirando la cascada, su brillo, la facilidad que tenía el agua para caer, el sonido, incluso el olor, todo era perfecto. Y si la esencia de eso tan maravilloso podria estar en ella con la pocima, no habia mas dudas. Tomo el agua y siguio su camino.
Llego a su ultimo destino, la tierra de Ambio; un lugar repleto de opalos, unas piedras negras brillantes, con una firmeza suave, misteriosas e intrigantes. Pero tambien son dificiles de conseguir, asi que fue a visitar la casa de un gran minero experto. En su casa estaban su pequeña hija y su madre, y ya que el minero estaba en la aldea comprando cosas, en la espera les conto su historia. Motivadas por el relato le pidieron una vez mas parte de la pocima. Caminando por la silenciosa mina con el minero, penso que el deseo por la belleza no tenia edad ni rostro, conocio a diferentes personajes, todos opuestos entre ellos, que anhelaban lo mismo que ella.
Y asi regreso a su casa, sabiendo que todavia le faltaba parte de su travesia. Por dias estuvo trabajando en la pocima, midiendo, calculando exactamente, esperando la luna para agregar un ingrediente, el sol para otro, la lluvia para el que sigue, y esperando el atardecer para el ultimo.
En la noche, con la pocima en mano, parada frente al espejo, bebio un poco, pero la decepcion tan grande que tuvo al ver que no cambio nada. Tal fue su tristeza que dejo caer la pócima, y tras una luz cegadora y humo de colores aparecio un simple pedazo de papel que decia:

“La belleza esta dentro, y tiene que salir por tu boca”

Con la impotencia de no poder idear la respuesta fue a pedirle ayuda al sabio mago del pueblo, un viejo canoso, arrugado, un poco calvo, bastante gordo, sin algunos dientes con lentes que delinean la vida que tiene en sus brillantes ojos llenos de experiencia y de juventud.
Le enseño al sabio mago el papel, y sonriente este le dijo, y bien, que entiendes por esto, la chica le dijo que no entendia y que ese era el problema. El sabio mago, acostumbrado a ayudar a llegar al conocimiento y no solo darlo, a traves de preguntas la guio a la respuesta.
El viejo sabio concluyó de la sesión: “Las palabras, eso es lo que sale por la boca, palabras de ánimo, consuelo, gentileza, amistad, bondad, seriedad, sabiduría, sensibilidad, ternura, simpatía, alegría, empatía, etc. Estas palabras son la expresión del interior, ahí está la verdadera belleza. Aunque hay otra forma de enseñar la belleza sin palabras, sonreír, una sonrisa contiene la lista que te di de palabras y mas, una verdadera sonrisa mueve algo mas grande que cualquier muralla, mueve corazones”
Y así la chica regresó con su gran belleza a deslumbrar a todos los que conoció en su recorrido, y a compartir la gran poción de la belleza, por cada rincón.

21 junio 2010

Ignorancia que vacía

Yo no hice nada malo, simplemente ignoraba la diferencia entre el bien y el mal. Y ahora que moriré pronto, quiero contarte mi historia que la va a escribir de forma mejor que la que yo hablo, un padrecito que me mandaron.
Viví en una pequeña casa con techos de aluminio y paredes de madera. Mi padre se la pasaba tomando, a veces mi madre también, yo tenía que caminar hacia algunas calles principales para vender chicles o pedir limosna. Cuando llegaba sin nada, mi padre al estar tomado me daba palizas si algo estaba mal y a mi madre también. Ella trabajaba de muchacha de servicio en una casa cerca de ahí, así que solo la veía los domingos.
Obviamente ni fui a la escuela, ni a la iglesia, sólo iba a pedir limosna todos los días para tener dinero para el licor de mi padre ya que el no trabajaba.
Cuando entré a la adolescencia, empecé a tener problemas para pedir limosna, ya que me veía más grande. Estaba algo musculoso por cargar cosas y caminar tanto, aunque seguía muy flaco por el hambre. Intenté que me permitieran vender periódicos pero se burlaron de mí en el puesto, así que sin que me vieran me llevé algunos y los fui a vender. Fui directo a mi casa, tenía miedo de que los del puesto no entendieran por qué lo hice. Como gané mucho dinero con eso, fui a comprar cosas para limpiar vidrios.
Por esa época me vinieron necesidades de mujeres, una explosión que entendía porque sabía que cuando mi padre la tenía, me acompañaba a trabajar de noche y ahí lo hacía con algunas de las trabajadoras de la esquina, hasta que se hizo compañero de la vecina. Todos los domingos veía como le hacía eso a mi mamá, aunque ella no quisiera, y la golpeaba como siempre. Entonces supe que las trabajadoras me ayudarían a quitar las necesidades pero todas pedían mucho dinero, excepto una, Dulce, quien por pensar que yo era una “sabrosura” me dejó experimentar gratis.
Y así fue como me volví limpiavidrios, lo consideraba bastante divertido. Pasaron los años, y cuando tenía como 16 años, cuando ya estaba bastante fortachón por el ejercicio, hice algo malo otra vez. Estaba limpiando vidrios, cuando en una camioneta negra muy brillante un señor me hizo señas. Era raro, estaba limpia no necesitaba que yo hiciera nada, pero era ganancia, así que hice mi mejor trabajo, mientras escuchaba la conversación del señor de adentro con alguna persona que no parecía estar ahí. Pensé que estaba loco, luego vi un cable saliendo de su oído. Hablaba de dinero, de que tenían de sobra como para “hacerlo” y regalar, que la compañía estaba en su mejor época y que la familia también. Y se notaba por la camioneta, su traje impecable y su reloj que brillaba hasta la otra calle que tenía razón. Cuando terminé, me acerque a la ventana y el señor sacó su billetera con mucho el dinero, más del que había visto en mi vida, más del que veré nunca otra vez. No sé por qué lo hice, solo sé que en ese momento agarré la billetera y salí corriendo, y corrí más de lo que nunca había corrido, y tan rápido. No paré hasta estar cerca de mi casa, ya muy lejos.
Sin contar cuánto era, tomé una parte pequeña para entregarle a mi padre. Decidí que, sin la presión de tener que darle dinero, podría buscar algo mejor. Y eso hice, busqué trabajo como garrotero en bares, chofer (pero ni sabía manejar), y cosas así. Terminé de albañil en una construcción. Fue grandioso porque conviví con gente, algo que nunca había hecho. Aprendí a decir piropos, y algo que descubrí es que aunque algunas se molesten, otras se rían y otras sigan caminando, todas aprietan las nalgas, nunca entenderé por qué pero así es.
Una noche, dos amigos de la construcción me dieron de tomar alcohol, lo había visto más de una vez pero era de mi padre y temía tocarlo. Pero este era para mí, así que tomamos mucho, todo se movía, se sentía extraño, como si estuviera soñando. Entonces vi a una mujer, y me surgieron las necesidades desde adentro, las que desquitaba con Dulce o con la vecina como lo hacía mi padre. Para mí, esa necesidad era simple, como ir al baño o comer. Ya más de cerca, la visión se ajustó. Era una mesera, con su uniforme de falda corta negra, medias, un chaleco y una camisa. Caminaba aprisa cerrándose la chaqueta y bajando la cabeza. Mientras los otros dos le chiflaban y le gritaban piropos, me acerqué a ella y la tomé, como había visto a mi padre con mi madre varias veces. La aventé a la callecita vacía que cruzaba, le arranqué la ropa que me estorbaba y lo hice, como aprendí. Terminé y me fui.
Pasó el tiempo, íbamos a terminar la construcción y me quedaría sin trabajo, entonces me contaron de Estados Unidos, esa tierra de libertad y sueños que sonaba perfecta. En cuanto se terminó el trabajo, ya tenía instrucciones y nombres para irme. Me despedí de mi padre, quien estaba muy borracho y ni se enteró, y fui a donde trabajaba mi madre, ya muy vieja y cansada. Le expliqué cómo le mandaría dinero, y dónde tendría que recogerlo. Me dio su bendición y me fui. Tomé muchos camiones, viajé por horas y días. Cruzar la frontera fue muy sencillo para mí, mencionaron que era ilegal, pero no sabía qué era eso. Ese viaje fue importante porque conocí a la Chuny, ella iba sola a buscar una mejor vida, estaba asustada, era unos 7 años más chica que yo. Así que la cuide. Con ella la necesidad no era como la de siempre, me hacía querer explotar, gritar, incluso cantar. Solo quería estar con ella, aunque no lo hiciéramos, solo tenerla cerca. Me enamoré de Chuny.
Vivimos juntos y trabajamos, yo en un bar, primero como garrotero, después llegué a ser “bar tender”. Al estar sirviendo bebidas lo único que aprendí a leer fueron los nombres de las botellas, aunque más bien las reconocía por las etiquetas. Chuny era mucama en una casa, pero no se quedaba ahí: trabajaba y venía conmigo a casa. Nos casamos, tuvimos un hijo, ese eres tú, mi ilusión. Tenía planes de mandarte a la escuela, de que todo cambiara para ti, que tú si supieras todo lo que yo no sé.
Fue entonces cuando, tu madre y yo íbamos caminando, tu te quedaste con tu tía Lupe (la hermana de Chuny que vino cuando murieron sus padres en México). Entonces vimos a unos hombres rompiendo el vidrio de una joyería, a sólo unos pasos de nosotros. La reacción de Chuny fue darse la vuelta, la mía fue agarrar algunas cosas (tal como lo hice con los periódicos y la billetera). Chuny regresó por mí, y en ese momento llegó un policía. Chuny y yo corrimos, pero no habíamos avanzado nada cuando oí el disparo y vi a tu madre en el piso. Me lancé sobre el policía, le quité el arma y sin saber nada, le disparé.
Nunca había usado un arma, pero sé que quería vengarme de lo que le había hecho al amor de mi vida, a la madre de mi hijo. Lloré encima de tu madre por horas, vi como se me iba, vi como toda su luz se iba apagando. Así lo sentí, como si fuera una vela que el viento va debilitando.
Tuve un juicio, pero no entendí nada de lo que dijeron. No había aprendido bien el inglés, ni siquiera hablo bien español. Solo sé que por matar, me van a matar.
Me mandaron al padrecito, el que está escribiendo esto, para limpiarme de culpa. Me dijo que Dios sabe que yo no sabía lo que estaba haciendo, no por tonto sino porque nadie me enseñó. Le pedí una sola cosa a Dios: que tú supieras, que no fueras malo, que aprendieras a ser bueno, a diferenciar entre el bien y el mal. Que supieras lo que yo no.

20 junio 2010

Jugando a hacer strike

El por qué de este blog

Siempre he sido muy soñadora, desde niña me acostumbre a usar mucho mi imaginación para escapar de la realidad, inventar historias, y la verdad es que hasta el dia de ayer lo tomaba como una cualidad, un talento especial.
Se preguntarán qué me hizo cambiar de perspectiva. Pues ayer fui a ver Toy Story 3 con un gran amigo (no se preocupen que no hablare de la pelicula ni se las arruinaré, pero si la recomiendo). Y es que cuando salió la primera de la trilogía yo tenía la edad del personaje, por lo que ver la resolución de las cosas, y el impacto que golpea a diario diciendote que ya no eres una niña, que ya tienes que resolver tu sola las cosas, es dificil.
Mas tarde, platicando con este mismo amigo, me dijo que era demasiado soñadora, que debía estar en la realidad, ya que esta cambia cada segundo, y que si seguía en mi mundo de fantasía me perdía lo que pasaba ahora y ya no podría hacer esos sueños realidad.
Sinceramente creo que tiene un buen punto, pero al mismo tiempo me cuesta mucho despegarme de este modus vivendus que he tenido por tantos años.
Por eso, he decidido canalizar esos sueños, y pasarlos a la realidad, usar ese talento para compartir, y encontrarles un uso mas que un simple escape.
El nombre del blog, tiene varios significados. Primero como ya mencione que el dia de esta desición había visto Toy Story 3, haciendome meditar mucho de los juegos de mi infancia. También, además de soñadora soy muy perfeccionista, por lo que una psicologa me aconsejó que debía de aprender a tomar los errores de mejor manera, y me retó a jugar a equivocarme y contestar mal cosas a propósito. Por último, me gusta mucho encontrarle todos los lados y posible análisis a todas las películas, y en la de la "Nueva Cenicienta" hay una frase que en inglés dice asi: "Never let the fear of striking out, keep you from playing the game" y en español es "No por miedo a errar vas a dejar de jugar".
Asi que este blog es un poco eso, son mis sueños, arriesgandome a equivocarme y seguir en un mundo de fantasia.